El mapa del tesoro es una partitura musical que parece sacada de una película de Indiana Jones
Todos sabemos que la Segunda Guerra Mundial es una fuente inagotable de ideas pulp, sin importar del bando que provengan. Desde inventos imposibles, hasta conspiraciones con alienígenas de por medio, y por mucho que creamos haberlo visto todo, siempre surge alguna nueva historia para dejarnos atónitos. Al margen de la desgracia humana que supuso la contienda, todas estas historias de fondo son lo suficientemente atractivas como para utilizarlas en todos aquellos proyectos de ficción que se nos ocurran. Está claro que, puestos a buscar ideas, los nazis y sus sociedades ocultistas como la Thule, o la organización Ahnenerbe, son las que se llevan la palma. En el tema de hoy veremos que fue del tesoro perdido de Adolf Hitler, el cual parece que está cada vez más cerca de salir a la luz.
Cuando la guerra tocaba a su fin, y Adolf Hitler tenía los días contados, parece ser que sus subordinados aprovecharon bien el tiempo para ocultar, según se cree, unos 100 lingotes de oro, y lo que se conoce como “las lágrimas del lobo”, una exquisita colección de diamantes. Cuando los aliados irrumpieron en el bunker del Tercer Reich, de este tesoro no encontraron ni el más mínimo rastro.
Ahora, según los estudios del arqueólogo Leon Geisen, realizados en a finales de este verano en el sur de Alemania, concretamente en Mittenwald (Baviera), se ha mostrado firmemente convencido de que el tesoro se oculta en algún lugar de este enclave. Las hipótesis de Geisen se basan en una partitura musical del compositor Gottfried Federlein, titulada March Impromptu, y escrita poco antes de la caída de Berlin. Esta partitura contendría un mensaje en clave con las coordenadas exactas donde se encuentra oculto el tesoro. La novedad radica en que Geisen sí sabría descifrar esa clave, pues las partituras son de dominio público, una vez que el periodista que se hizo con ellas, Karl Hammer Kaatee, decidió colgarlas en internet al no ser capaz de descifrarlas.
Toda esta historia suena muy extraña, no sé si tanto como las notas musicales de la partitura, pero lo que sí os puedo asegurar es que si yo fuese Geisen no iría proclamando a los cuatro vientos que sé dónde se oculta el tesoro de Hitler, aunque por lo que parece de momento no ha tenido mucha fortuna. Sabe el sitio, pero tras varias excavaciones infructíferas, parece que comienza a dar palos de ciego, o quizás…, tan solo está disimulando.
Fuente: dailymail.co.uk; theguardian.com