Investigadores del Instituto Pasteur en París han descubierto que determinadas células madre pueden permanecer vivas en cadáveres humanos durante al menos 17 días después de que la persona sea declarada muerta.
Difícil leer esta noticia y no pensar de inmediato en nuestro querido doctor Herbert West; Reanimator en sus ratos libres. Y si bien la noticia parece sacada de un relato de Lovecraft, lo verdaderamente inquietante es la veracidad de la misma, ahora demostrada por el equipo de investigación francés del Instituto Pasteur, quienes lograron recuperar con éxito células madre vivas y útiles provenientes del tejido muscular de un cadáver que había permanecido a 4ºC durante diecisiete días.
Este descubrimiento fue presentado en la revista Nature Communications, y revela que las células madre, concretamente del músculo esquelético, pueden sobrevivir durante largos periodos de tiempo, incluso en condiciones adversas, adoptando un estado durmiente. Dicha posibilidad ya se había determinado en investigaciones anteriores, estableciendo un periodo de supervivencia de uno o dos días; pero se habían quedado cortos. Charles Choi, de Live Science, dice:
«Los investigadores pensaban que un cadáver, al carecer de oxígeno y nutrientes, no sería un buen sitio para que las células lograsen mantenerse con vida. Sin embargo, existía la curiosidad por saber cuánto tiempo podrían permanecer vivas las células madre después de la muerte, y Fabrice Chrétien (histólogo y neuropatólogo), junto con sus colegas del Instituto Pasteur de París, se decidieron a averiguarlo»
Estas células madre, tanto en ratones muertos como en cadáveres humanos, estaban aletargadas cuando fueron descubiertas, con una actividad metabólica extremadamente reducida. Los investigadores sospechan que los químicos liberados después de la muerte, o los bajos niveles de oxígeno y nutrientes en el cadáver, o la combinación de todos estos factores, podrían haber producido el estado latente de las células madre, ayudándoles a sobrevivir durante semanas.
Lo más destacable de esta investigación tal vez sea que Chrétien y sus colegas no tuvieron acceso a ningún cadáver de más de 17 días, por lo que bien podríamos pensar que estas células madres serían capaces de sobrevivir más tiempo incluso.
Comprender y aprovechar los mecanismos que hacen esto posible, en referencia a un estado de aletargamiento que permite la vida en condiciones desfavorables, tendrá repercusiones en la forma de conservar y producir las células madre que se usan para tratar diversas patologías.
Dicho todo esto, y tirando de imaginación pulp, no solo resulta obvio que nos convertimos en zombis de facto, una vez muertos, sino que es posible, solo posible, que un futuro no muy lejano podamos clonarnos desde dentro, una vez hayamos fallecido. Sería algo así como una autoclonación endógena post mortem (¡Guau!). Bueno, ahí queda el apunte para que lo trabajéis como más os guste, pero siempre desde un punto de vista pulp; faltaría más.