Tusk: como cargarte una buena idea en cinco sencillos pasos
Tusk es una película sorprendente, y lo es de principio a fin —así como una lamentable parodia descafeinada y apta para todos los públicos de El Ciempiés Humano (2009)—. Pese a todo merece la pena verla, en especial si no sabes de qué va, y si antes no has leído alguna crítica al respecto como la que sigue, donde no solo te desvelaremos la trama (spoilers inside), sino que además la pondremos a parir. Sí, Tusk me ha cabreado, porque había mimbres para un buen cesto, había una excelente idea de base, pero su director tenía otra intención, y era la de demostrarnos cómo se puede tirar a la basura una buena idea y aún por encima tomarle el pelo al espectador, y por si fuera poco, cobrar por ello.
Si no sabes nada de Tusk («colmillo» en español), casi con toda seguridad creerás que es una película de vampiros, pues tanto el título como la portada es lo que da a pensar. ¡Error!, Tusk no es uno más de esos relatos de vampiros que pululan por el cine actual, clásico y del más allá, sino un relato pulp genuino, de tipo weird menace, para ser exactos. Un relato de mad doctors (científicos chiflados), donde el protagonista se enfrentará a una terrible amenaza, pero sin la más mínima posibilidad de salir indemene; vamos, que está jodido desde el inicio, y esto es algo que lleva escrito en la cara. Sí, el ridículo bigote que se gasta el protagonista Wallace Bryton, papel interpretado por Justin Long (Jeepers Creepers, 2001; La jungla de cristal 4, 2007; Arrástrame al infierno, 2009; entre otros), es toda una premonición de lo que le espera al pobre muchacho. Un bigote que está puesto ahí con muy mala leche.
Kevin Smith es el director de Tusk (2014), un director que saltó a la fama con Clerks (1994), y que, desde entonces, ha cosechado notables éxitos. Como hemos dicho al principio Tusk es una película pulp de mad doctors, cuya idea original proviene de un podcast cosecha del propio director. Pero…, ¿de qué va? Pues bien, tenemos al protagonista, un tal Wallace Bryton quien, junto con su amigo del alma, se dedica a producir podcast con historias de frikis. No le va mal, tiene éxito, y además una novia de infarto que se pirra por sus huesos, interpretada por Genesis Rodriguez ¡vaya nombre! Pero, como todo en la vida, ese “todo” siempre es poco y, en busca del nova más, decide ir a Canadá en busca de más historias frikis para su programa. Para su desgracia decide ir solo, y lo único que encuentra en Canadá, cuando ya estaba todo perdido, es a un extraño personaje que vive en una alejada mansión, dispuesto a contarle historias increíbles. Él acepta, y decide visitarlo. Tras la cena, Wallace Bryton se convertirá en el protagonista de la historia más grotesca y macabra jamás contada. Hasta aquí, todo genial; entonces… ¿cómo es que Kevin Smith ha logrado cabrearme, jodiendo lo que parecía una maravillosa película pulp? Pues aquí tienes los tres sencillos pasos:
1. Introducir flashback para despistar al espectador: Sí, cuando la historia trascurre en su punto álgido, nada mejor que meter unos cuantos flashbacks sin avisar, con información de relleno y así cortarte el rollo.
2. Aburrir con diálogos estúpidos: Es obvio que, tras la idea cojonuda, poco más tenía el director en la cabeza para darle formato, y los minutos había que consumirlos de alguna manera. Para convertir un cortometraje en largometraje hace falta mucho relleno, y diálogos estúpidos junto con monólogos soporíferos, son una buena opción. Lo malo, que te estás cargando la historia.
3. Meter más personajes, así repartimos la culpa: Por si la historia no fuese lo suficientemente buena, quizás eso de usar el nombre de algún famoso en los títulos de crédito sea el reclamo perfecto. Pues nada, convencemos a nuestro amigo Johnny Depp y le creamos un personaje tan tópico como ridículo. ¿He dicho ridículo, pues me he quedado corto? Raro que a estas alturas no estés echando una cabezadita.
4. Parodiar el trabajo de otros: Sí, Tusk es una parodia de El Ciempiés Humano (2009), pero ni resulta divertida, ni tiene sentido. Ni siquiera queda claro a qué tipo de público va dirigida Tusk. Como cuento de terror para todos los públicos falla estrepitosamente, ya que miedo nada de nada; y como película de horror, resulta demasiado light, tanto que a veces da vergüenza ajena.
5. Tomarle el pelo al espectador: Está claro que a estas alturas la historia ya va cuesta abajo y sin frenos. Pero aún falta el toque de gracia, total, ya no tiene arreglo, así que vamos a cagarla a lo grande ¿verdad? Cuando los compañeros de Wallace irrumpen en el laboratorio y se encuentran a éste convertido en una morsa —sí, has leído bien, una morsa—, gruñendo, o suplicando por su muerte, ante el cañón de una escopeta recortada, uno no puede más que recordar la escena de la película La Mosca (1986), buscando un paralelismo más que evidente con Jeff Goldblum; solo que Tusk no le llega ni a la altura de los zapatos. Tras el fundido a negro, llega el esperpento final, la burla al espectador. ¿Por qué Wallace continúa siendo una morsa y se empeña en vivir como tal?
Bien, si has llegado hasta aquí, y te estás preguntando que tiene que ver una morsa en todo esto, pues ahora metemos el pedazo spoiler del que ya te avisamos al principio. El mad doctor en cuestión tuvo en su juventud un affair con una morsa tras bregar por su supervivencia tras un naufragio. Desde entonces, echa de menos a aquella morsa que le cuidó, y ahora, retirado en su mansión, se dedica a secuestrar jovencitos a lo que, cirugía mediante, les amputa los miembros y les da apariencia de morsa, para así jugar con ellos y recordar viejos tiempos. ¡Guau!
TUSK 2014 Ficha
Lo mejor: La idea original y el tono de llamada de móvil del protagonista y, obviamente, su novia, que es guapísima.
Lo peor: La idea de olla del director en plan El ciempiés humano (The Human Centipede), aunque sustituyendo los momentos desagradables por verborrea para dormir a las piedras
Veredicto: Original y capaz de sorprenderte, tanto para bien como para mal. Si estás buscando algo que te descoloque por completo, ésta es tu película. Cine pulp de mad doctors, pero muy mal resuelto. Un desastre y una buena idea echada a perder.
Nota: Si te estás preguntado...
¿Cuál es el tono de movil de Tusk?
Por si quieres buscarlo en internet para descargar, es éste: «Come on now more margaritas», por Ralph Garman