El debut de Jordan Peele como director sorprende, y de qué manera, dejándonos una de las mejores películas pulp de este año 2017
Bajo la falsa apariencia de un thriller moderno, uno de esos que además de mantenerte en vilo desovillando toda suerte de giros inesperados, también trata de remover conciencias propias y ajenas, a través de la denuncia social en lo que a tensiones interraciales se refiere, se esconde precisamente todo lo contrario. «Déjame Salir» es una de las mejores películas pulp del año, divertida y gamberra, y que te proporcinará una buena dosis de entretenimiento. Esta película, junto con Kong: La Isla Calavera (2017), y La autopsia de Jane Doe, son las tres que más me han gustado en lo que va de año. Y esta propuesta de Peele, que salta a escena sin hacer demasiado ruido ni llamando a la atención tanto como otras, es cine pulp con mayúsculas, que bien podría protagonizar la página central de «Horror Stories», y a la que no le falta ese toque especial de fantasía y humor, saltando con gran habilidad de un género a otro. Ahora bien, el mayor éxito de la película es no saber de qué va, así que... si continúas leyendo esta crítica, ya sabes a lo que atenerte. Los spoilers que vamos a desmenuzar os arruinarán su disfrute, así que… ¡avisados estáis!
Como decimos, en la película nada es lo que parece, empezando por el poster de la misma. Somos muchos quienes descartamos o decidimos ver una película solo por el poster. La mayoría de las veces no sabemos ni de qué va, y nuestro interés se ve condicionado única y exclusivamente por la portada, por la imagen de presentación. Puede que no sea un criterio de selección muy válido que digamos, pero es un criterio como otro cualquiera; y lo más importante, es un criterio que muchos seguimos usando desde siempre. Así, cuando vi el cartel de «Déjame Salir», lo primero que pensé fue en…, nada, absolutamente nada. Esa imagen de presentación, tan sosa como distante, jamás podría asociarla con una película que me interesase, y mucho menos con el cine pulp. Y, de esta forma, pasó por la cartelera sin que le prestase la más mínima atención, hasta que, a fuerza de encontrarme comentarios diversos y estar en boca de muchos, especialmente cuando en algunos de estos comentarios afloraba la palabra «pulp», me sentí obligado a darle una oportunidad. Y sí, ni la portada ni el argumento permiten entrever lo que se te viene encima, una de las mejores películas del año, y además pulp.
Pero, ¿qué tiene de pulp? Lo tiene todo, aunque es cierto que despista el estilo narrativo y la contextualización de la historia, donde parece que el elemento vertebrador de la misma es, únicamente, las relaciones interraciales, cuando en realidad esto no es más que la excusa que utiliza el director para dar rienda suelta a su vena cómica (Jordan Peele es cómico de profesión). A partir de aquí, nos encontramos con un relato macabro propio de las revistas pulp conocidas como «shudder pulp» (revistas pulp escalofriantes), como son Horror Stories, Terror Tales, o Dime Mystery Magazine, y en las que solían publicarse relatos de género conocidos como «weird menace» (amenaza extraña). Un relato terrible y horripilante que se fundamente en la prolongación de la vida eterna, a través de la posesión o transmigración de un cuerpo a otro en vida, de uno viejo y decrépito, a otro sano, fuerte y joven. Por supuesto sin permiso del individuo, claro está.
La vida eterna siempre ha sido un tema recurrente en las historias clásicas de ciencia ficción, publicadas en revistas como Amazing Stories o Astounding Stories, y dentro de sus diferentes versiones, la rusa, tan dada al trasplante de cabezas, es una de las más macabras. En «Déjame Salir», no se trasplanta la cabeza entre los sujetos, sino el cerebro, aunque antes parece que hay que condicionar al sujeto anfitrión, para que sea más receptivo. Esto me suena haberlo visto antes, concretamente en la película Skeleton Key (2005), donde el argumento era prácticamente el mismo, solo que, en vez de practicar una intervención física, lo que se migraba era el alma, a través del ejercicio del Vudú. Por lo demás, no deja de ser la misma historia, aunque contada de diferente forma.
Un tópico, el de los trasplantes de cabeza, muy propio de la ciencia ficción. Algunas de las películas más conocidas acerca de ello, son: The Head (1959); The Brain That Wouldn’t Die (1962); The Day They Put Humpty Together Again by Margaret Jones (1968); The Incredible Two-Headed Transplant (1971); The Thing with Two Heads (1972); Professor Dowell’s Testament (1984); o en series de televisión, como no, Expediente X: The X-Files: I Want to Believe (2008); y por supuesto no solo películas, también novelas: Professor Dowell's Head (1925), por el escritor ruso Alexander Belyayev. Fuente: io9.com.
Se dice que dos títulos inspiraron a Jordan Peele para escribir esta película: La noche de los muertos vivientes (1968) y Las mujeres de Stepford (1975), sin embargo, podemos encontrar tantas referencias y tan dispares, que sería casi imposible hacer una lista, pues, si nos ponemos en plan quisquilloso, incluso podríamos tener la sensación de ser un corta y pega de miles de cientos de escenas ya filmadas, pero está tan bien hecho que ni importa, ni nos preocupa. Algunos de estos títulos podrían ser: La semilla del Diablo, de Roman Polanski; Adivina quién viene esta noche, de Stanley Kramer; o Videodrome (1983), de David Cronenberg; o la citada anteriormente Skeleton Key (La llave del mal).
«Déjame salir» comienza de una forma un poco extraña, con el rapto de un joven negro, del que nada más sabemos, y del que nada más se nos explica. A partir de ahí, observamos una relación de pareja perfectamente idílica, a veces demasiado, entre dos muchachos, ella de raza blanca y el de raza negra. Un detalle con menos importancia de la que tiene en apariencia, pero que el director utiliza de forma magistral para reconvertir una historia macabra y, presuntamente gore, en humor negro de corte fantástico…, o al revés, o todo junto a la vez. En esta película es muy difícil saber que género es el que predomina, pues horror, ciencia ficción y comedia se entremezclan a la perfección.
A medida que avanzan los minutos, una vez que la idílica pareja llega a la casa de los padres de ella, a efectos de hacer las presentaciones de rigor, es cuando uno se da cuenta que aquí todo es teatro, y del bueno. Algo no va bien, y esto lo vemos nosotros y lo ve el protagonista, pero ninguno somos capaces de saber o de entender qué demonios está pasando, y eso crea una tensión evidente, que se palma, que se siente, que incomoda, pero que seduce. Bueno, al protagonista no tanto, que por momentos se ve cómo el invitado estrella en una fiesta de caníbales.
Sin embargo, como es costumbre, el misterio termina resolviéndose, más o menos a media hora del final. La familia es una secta que se dedica a trasplantar cerebros viejos en cuerpos jóvenes, y el suyo es el elegido para la ocasión. Todo ello hipnosis mediante, que podríamos decir supone el elemento diferenciador con respecto a otras películas o relatos. A partir de entonces, cuando el misterio ya está resuelto, es cuando, por norma, la historia tendría que convertirse en un correcalles sangriento y poco más, augurando el desenlace a medida que el interés del espectador cae dramáticamente. Pues no, sí es cierto que desde este instante la trama se torna en una frenética carrera, eso sí, menos sangrienta de lo que podría llegar a ser, pero, y esto es lo sorprendente, el interés no decae. Incluso, cuando llega el giro final, la película te deja con un buen sabor de boca y una bonita sonrisa de lado a lado. Ahí es cuando te das cuenta de la importancia de escoger bien no solo a los personajes principales, sino también a los secundarios. En este caso, es precisamente un personaje secundario quien logra engrandecer el punto final de la película, alzándolo a un status superior a la media.
Explicación Déjame salir | Algunas Curiosidades
- El poster promocional es un claro reflejo de la confrontación racial, al plasmar únicamente dos colores: blanco y negro.
- La película supone el estreno de la actriz Allison Williams en pantalla grande, conocida hasta entonces por su papel en la serie televisiva «Girls».
- La primera pista que nos ofrece el director acerca de las verdaderas intenciones de Rose, la tenemos cuando atropellan al ciervo. Bajo ningún concepto quiere que el policía tome los datos de Chris, destinado a desaparecer.
- Walter, el jardinero y abuelo de Rose, corre porque nunca superó su derrota en los Juegos Olímpicos.
- Todos los afroamericanos que salen en la película, y que han sido intervenidos, tratan de disimular sus cicatrices, por ejemplo con sombreros.
- El guión presenta multitud de referencias a la esclavitud, tales como la subasta de bingo o la «recogida» de algodón que realiza Chris, rasgando el sofá, y que utiliza para taparse los oídos.
- El casco medieval que aparece en el asiento del copiloto en la huida final, es el que utilizó Jeremy, hermano de Rose, para secuestrar a Andre, cuando comienza la película.
- El buen sabor de boca que deja el giro del final no estaba en el primer guion, donde Chris era arrestado por asesinato.
Déjame Salir (Get Out, 2017)
Ficha: Título original: Get Out. Año: 2017. Duración: 103 min. País: Estados Unidos Estados Unidos. Director: Jordan Peele. Reparto: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Betty Gabriel, Caleb Landry Jones, Lyle Brocato, Ashley LeConte Campbell, Marcus Henderson, LilRel Howery, Gary Wayne Loper, Jeronimo Spinx, Rutherford Cravens.
Sinopsis: Un joven afroamericano visita a la familia de su novia blanca, un matrimonio adinerado. Para Chris (Daniel Kaluuya) y su novia Rose (Allison Williams) ha llegado el momento de conocer a los futuros suegros, por lo que ella le invita a pasar un fin de semana en el campo con sus padres, Missy (Catherine Keener) y Dean (Bradley Whitford). Poco a poco, Chris comenzará a sospechar del comportamiento que presenta toda la familia, cada vez más extraño.
Lo mejor: El ritmo narrativo, la pareja protagonista, y personaje secundario amigo de Chirs; sencillamente formidable.
Lo peor: Quizás un exceso de referencias a otras películas, que en el fondo no es tan original, y el cartel, podían haberlo hecho en color, más llamativo, aunque al ser en blanco y negro tiene su lógica, eso es cierto.
Veredicto: Estamos antes una de esas películas que no resulta especialmente llamativa, ni por el cartel promocional, ni por la trama, personajes, actores o director. Es muy posible que, si no sabes nada de ella o nadie te la ha recomendado, la pases por alto cuando la veas en el videoclub (vale, ya sé que esta época pasó, pero me gusta recordarla). Sin embargo, estarías cometiendo un grave error, pues esto es cine pulp muy, muy recomendable. ¡Seguro que la vas a disfrutar! ¡Prometido!