¿Qué es el ADN Basura? Según los últimos estudios podemos prescindir del ADN no codificante, también llamado ADN basura
Bien, no sé con qué talante abordar esta noticia, que en realidad no es nueva (data de mayo de 2013), pero un servidor la ha visto hace unos días, y me ha dado que pensar. Da la impresión de que la comunidad científica, en su búsqueda al más puro estilo Prometheus, no deja de dar palos de ciego. No es que esto sea malo, pero llama la atención como un día el ADN no codificante, también conocido como ADN BASURA (Junk DNA), es útil, y al día siguiente ya no lo es. Aunque si ya empezamos llamándole “basura”, sin tener la más mínima idea de lo que es, pues mal vamos, digo yo. En fin, la noticia que vamos a comentar, con retraso, es la increíble historia de cómo una sofisticada planta carnívora llamada Utricularia Gibba, muy lista ella, se ha deshecho de todo el ADN no codificante, para aligerar peso. O quizás, solo quizás, lo que pasa es que un día tuvo hambre, y simplemente se lo zampó. Pero no me hagáis mucho caso, que yo de esto no sé nada.
Los estudios científicos a veces parecen un partido de tenis. Tú dices esto, y yo digo lo contrario, y así constantemente. Unos estudios dicen que el ADN Basura es esencial para el genoma humano, todavía nadie sabe cómo, pero es importante. Luego, otros estudios, dicen lo contrario, que es inútil, y que deberíamos deshacernos de él. Internet está plagado de diferentes teorías, y las hay de todo tipo. Obviamente todo son especulaciones, pues la realidad aún nadie la conoce. Sin embargo resulta curioso uno de los últimos estudios publicados al respecto, donde ha intervenido el Centro de Regulación Genómica (CRG), y que han tomado como base para el mismo una planta carnívora que habita en agua dulce. Esta planta responde al nombre de Utricularia gibba, y gracias a ella se ha concluido que este tipo de ADN es un estorbo, y mejor nos iría sin él. ¿Será eso cierto?
La característica determinante que se ha encontrado en la Utricularia Gibba es que se trata de la planta multicelular con el genoma más pequeño secuenciado hasta la fecha. A diferencia del ser humano, donde solo el 2% de nuestros genes se dedican a la codificación de proteínas esenciales (algo que también sucede en otras plantas como el tabaco, por ejemplo), en el caso de la Utricularia Gibba, en un alarde de máximo aprovechamiento, este porcentaje se eleva al 97%, por lo que, en su evolución, se ha desprendido de todos aquellos genes denominados ADN basura. Lo cual no deja de ser sorprendente, siendo además esta planta una de las más complejas en cuanto al elaborado mecanismo de caza que ha desarrollado. Una planta perfecta, y sin ADN basura. Por cierto, no sé si seré el único que lo ha observado, pero como me recuerda la imagen de la planta al universo Alien de Ridley Scott, ¿al final todo estará relacionado, y hay algo que se nos oculta? Si te gustan las teorías conspiranoicas, ahí tienes una buena idea para tu próximo guión.
El estudio concluye diferenciado dos tipos de organismos, por un lado los que tienen a eliminar código basura (adelgazar), y los que incluso lo aumentan con duplicaciones (engordar), y que, según cada caso, es la selección natural quien pondrá a unos y a otros en su sitio. Sin embargo prescindir de ese ADN podría ser una clave evolutiva.
Bien, hecho el resumen de la noticia, ahora viene lo bueno. ¿Nos tomamos la pastilla roja, y eliminamos todo el ADN basura de nuestro organismo?
Señores, esto desencadenaría la ira de los dioses ancestrales. El ser humano es un contenedor de información, es un puto pendrive, y el adn un sistema de almacenamiento que ya nos gustaría conocer y saber manejar. Quien nos ha creado lo ha hecho para perpetuar su información mientras haya un solo ser vivo sobre la tierra. Somos un backup, una copia de seguridad, y como nosotros mismos nos pongamos a borrar datos, solo por el hecho de que no los entendamos, hay Dios, que la liamos parda. Un poco de sensatez, por Dios, o por los Ingenieros de Prometheus.
En fin, mejor será esperar al próximo estudio, que seguro dirá una cosa distinta. Mientras tanto, especulemos con lo que podría haber escondido en el ADN, y a ver si Ridley Scott nos cuenta algo de interés en Prometheus 2.